La policía británica se incautó de más de 60 superdeportivos valorados en unos 6 millones de libras esterlinas (unos 7 millones de euros), entre ellos un McLaren, un Bentley y un Rolls-Royce, en el centro de Londres en un fin de semana. El debate gira en torno a una operación policial tras las quejas de los residentes de Westminster sobre que los coches no sólo circulan mal, sino también a exceso de velocidad.
Según The Telegraph, Ferrari y Lamborghini son otras marcas confiscadas por las autoridades. Cinco personas fueron arrestadas por delitos como fraude de seguros, uso del teléfono celular al conducir, no usar el cinturón de seguridad y conducir sin la debida precaución; según los residentes, las calles se habían convertido «en pistas de carreras».
Scotland Yard lanzó la operación el segundo día, tras llevar a cabo la incautación durante el fin de semana.
El concejal Paul Demoldenberg, miembro del gabinete de administración municipal del Ayuntamiento de Westminster, confirmó: “Las personas que piensan que es aceptable utilizar nuestras carreteras como circuito de carreras privado a altas horas de la noche no son bienvenidas en Westminster”.
“El ruido y la conducción peligrosa de estos muchachos suelen empeorar durante el verano, por lo que agradezco estos resultados del trabajo de aplicación de la ley. Continuaremos trabajando junto con la policía y otras autoridades locales para garantizar que las carreras continúen en las pistas y no en nuestras calles. «