La toxina botulínica, conocida popularmente como Botox, es una sustancia producida por la bacteria Clostridium botulinum, que manipulada en el laboratorio es capaz de paralizar los músculos sin dañar el lugar donde se aplica. Según la Dra. Andressa Castro, dentista que se especializa en el contorno facial y oral, el producto ha sido ampliamente utilizado para prevenir las arrugas.
Según Andressa, para comprender mejor cómo funciona el Botox, es necesario saber que el paso de estímulos eléctricos entre un nervio y un músculo se produce mediante la liberación de una sustancia llamada acetilcolina, que es secretada por el nervio. «La toxina botulínica bloquea la liberación de esta sustancia, paralizando así los músculos y evitando que la información de los estímulos eléctricos llegue a los músculos».
Así, el proceso de aplicación de Botox consigue suavizar las arrugas dinámicas que aparecen tras la contracción de determinados músculos (especialmente entre cejas, frente y patas de gallo), lo que también previene la aparición de arrugas estáticas derivadas de la edad e incluso su aparición. . Sin movimiento muscular.
“Recuerda que si bien no existe una tez perfecta, la sustancia puede ser utilizada por todas las personas a partir de los 20 o 25 años, especialmente como una forma de prevenir la formación de ciertas líneas de expresión y contribuir a un envejecimiento normal y saludable”, comenta Andressa. .
Entre otras ventajas de aplicar Botox, el especialista destaca la mejora de la autoestima y la posibilidad de dejar el rostro con un aspecto relajado y relajado. «Recuerda que este tipo de tratamiento es muy práctico y se puede realizar en una sola visita a la clínica».