James Webb, el telescopio espacial que verá a Dios

El espejo principal del telescopio espacial James Webb el 16 de mayo de 2017 en Houston, Texas – NASA / AFP / Archives

El telescopio espacial James Webb, transportado por un cohete Ariane 5 de la Agencia Espacial Europea (ESA) que se considera el sucesor del Hubble, fue lanzado el día de Navidad desde la base de Kourou en la Guayana Francesa. Ascenderá al cielo a una altitud de 1,5 millones de kilómetros para alcanzar un lugar intermedio entre la Tierra y el sol llamado punto Lagrangiano u órbita L2, en un plazo de tres meses. Una vez que llegues allí, estarás alcanzando los límites sin precedentes del universo, en tiempo y espacio. Diseñado para capturar la radiación infrarroja, su principal innovación en comparación con su predecesor, podrá obtener información del pasado sobre el surgimiento del universo, como la formación de galaxias primordiales, estrellas y planetas. Analizará la radiación infrarroja del Big Bang, que ocurrió hace unos 13.800 millones de años, en un esfuerzo por encontrar una respuesta sobre cómo se formó todo y el origen de la vida. También permitirá un seguimiento más preciso de los agujeros negros y las supernovas.

Un gran desafío para que le vaya bien a James Webb, que lleva el nombre del ingeniero de la NASA que dirigió la misión Apolo, es mantenerse fresco y, por esta razón, se instaló un gran escudo de metal plegable que se abre al espacio y refleja la luz solar. . De esta forma, se espera que se evite el sobrecalentamiento. Aunque el nuevo telescopio espacial es más pequeño que el telescopio Hubble, que era dos veces más masivo, tiene casi el doble del diámetro y casi tres veces el tamaño del espejo, lo que le permite capturar más luz. El tiempo de la misión, que incluye a la ESA, la NASA y la Agencia Espacial Canadiense, será más corto que el del Hubble, que se lanzó en 1990 y ha estado en funcionamiento durante casi 30 años. Se estima que estará funcionando a plena capacidad durante cinco años, y posiblemente hasta diez años. El telescopio cuenta con un panel de captura solar, ya activado, que lo ayudará a llegar al punto orbital, y conectar la antena de comunicaciones a la base operativa. Mientras el Hubble orbita la Tierra, James Webb orbitará el Sol.

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La nueva misión ha sido una de las más esperadas por las agencias espaciales de todo el mundo en los últimos años, dada la amplitud de sus ambiciones y la sofisticación de sus tecnologías. Como telescopio infrarrojo, sucedió a James Webb Spitzer, que fue lanzado por la NASA en 2003 y retirado en 2020. Spitzer, con un espejo de 0,85 metros, ya ha demostrado lo que la captura infrarroja puede hacer para comprender la relación espacio / tiempo. La experiencia previa hace que los objetivos de James Webb, que comenzó a imaginar hace 25 años y con inversiones totales de $ 10 mil millones de dólares, sean muy ambiciosos. Su capacidad de visualización es enorme y puede proporcionar respuestas básicas sobre la explosión inicial y el origen del universo, dando lugar a la nueva cosmogonía.

Lucía Veloz

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