En Monterey, México, la actuación del pastelero Enrique Villalpando estuvo rodeada de integridad en las redes sociales, con un cliente enfrentando grandes pérdidas después de ordenar 1500 manzanas caramelizadas. Los postres estaban listos. Segundo Correo La inversión por el pedido que hizo Luis Álvarez, hijo del pastelero, es de 12 mil pesos, lo que equivale a unos 3 mil pesos. En la publicación, el joven explicó lo sucedido y pidió ayuda para vender el artículo acumulado y tratar de sobrellevar la pérdida: la historia se viralizó y los pedidos comenzaron a llegar rápidamente.
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Dice el informe que naturalmente Villalpando se sintió frustrado cuando recibió la noticia de la cancelación del pedido, pensando que perdería la totalidad del monto invertido. Fue entonces cuando el hijo decidió recurrir a las redes sociales y trató de sortear la situación compartiendo un llamamiento, junto con algunas fotos y videos que mostraban el trabajo dedicado y aparentemente delicioso de su padre. “Buenas tardes muchachos, estoy ofreciendo manzanas acarameladas a $ 8 pesos (alrededor de R $ 2). Le pidieron 1500 manzanas a mi padre y lo cancelaron. Si puede ayudarnos a recuperar algo de lo que ha invertido, se lo agradeceremos de todo corazón”, escribió.
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Las manzanas se entregaron en paquetes de al menos 15 unidades, y el rumor previo a la historia y la acumulación en las redes llevaron a ventas récord en ese momento. Con más de 10.000 opciones, 2.000 comentarios y 15.000 compartidos Publicación originalEl revuelo con la historia vino acompañado de un gran número de pedidos, y así se extendió el amor por las manzanas caramelizadas de Villalpando, y se recuperó por completo la inversión inicial, que se había convertido casi en una gran pérdida: la dimensión del éxito, la familia fue invitado a aparecer en un programa de la televisión mexicana.
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Según los periódicos locales, las 1500 unidades se vendieron en dos días. Luego de la última entrega, Álvarez compartió una nueva publicación, anunciando el éxito de la campaña, agradeciendo la movilización del público y ayudando a quienes compraron los dulces o difundieron la historia. “¡Amigos, se acabó! Muchas gracias por el apoyo, esta es la última entrega. Muchas gracias por su ayuda y les deseo a todos mil bendiciones”, escribió. La publicación de Son se publicó el 1 de mayo y se siguen realizando pedidos a través de las redes de Villalbando incluso después de que se vende el pedido cancelado.