Un nuevo estudio sugiere que prestar atención a la salud de la visión puede ser una forma sencilla de reducir el riesgo de futuros problemas cognitivos, como la enfermedad de Alzheimer. Los resultados fueron publicados en Oftalmología Gammael 5 de septiembre.
Un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins descubrió que las mejoras en los problemas comunes de visión podrían prevenir casos de demencia en personas mayores.
El estudio no prueba que los problemas visuales causen demencia, sino sólo que las dos condiciones están relacionadas. Esto puede significar que factores que no se han tenido en cuenta pueden estar involucrados en ambas condiciones.
Detalles del estudio
En el nuevo estudio, el equipo utilizó datos de 2.767 pacientes de edad avanzada en los Estados Unidos y encontró que hasta el 19 por ciento de los casos de demencia pueden estar relacionados con al menos un problema de visión.
Esto incluye la pérdida de sensibilidad para detectar el contraste o la pérdida de agudeza visual de cerca (la capacidad de distinguir con precisión entre pequeños detalles, como el texto).
Sorprendentemente, no todas las discapacidades presentan el mismo nivel de riesgo, lo que sugiere que algunas condiciones deben priorizarse al realizar evaluaciones.
La asociación entre visión y demencia fue hasta nueve veces mayor cuando se incluyó la sensibilidad al contraste como covariable, por ejemplo, en comparación con los resultados de estudios que tuvieron en cuenta únicamente la agudeza visual.
La pérdida de sensibilidad al contraste ocurre en afecciones como las cataratas, que requieren intervención quirúrgica, o la degeneración macular.
Los datos de la encuesta no incluyeron muchos grupos minoritarios, lo que significa que los resultados no se pueden generalizar a toda la población.
El equipo tampoco incluyó el efecto del uso de gafas y lentes de contacto, y sugiere que será importante explorar esto en estudios posteriores.
Según los investigadores, la hipótesis es que la discapacidad visual afecta el riesgo de demencia a través de mecanismos similares a los de la pérdida auditiva.
Alternativamente, la disminución de la percepción sensorial puede imponer mayores exigencias al cerebro, ya que intenta compensar las pérdidas quitando recursos de otras áreas que los necesitan.