Reutilizar el aceite de cocina es un hábito común en muchos hogares, pero lo que parece ser una práctica económica en realidad puede plantear graves riesgos para la salud.
Los expertos advierten de los riesgos asociados a la reutilización del aceite utilizado para freír, destacando que este procedimiento puede provocar la aparición de sustancias altamente nocivas.
Calentar el aceite a altas temperaturas durante la fritura cambia su composición química. Al reutilizarse llega al punto de descomposición, liberando radicales libres y sustancias no volátiles.
Estos ingredientes son dañinos porque pueden dañar las células del cuerpo, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como cáncer, problemas cardiovasculares y otras condiciones de salud.
Uno de los principales compuestos tóxicos que se forman es la acroleína, que puede provocar síntomas desagradables como dolor de cabeza, náuseas, vómitos y diarrea.
Además, contribuye a un mayor riesgo de cáncer y enfermedades inflamatorias del intestino. Otro efecto nocivo del aceite reutilizado es la formación de ácidos grasos trans, que se sabe que contribuyen al aumento del colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas.
