yoUn bebé prematuro, nacido 13 semanas antes, se salvó poniéndolo en una bolsa de plástico.
Orla-May Rospo-Hughes era más pequeña que la palma de su madre cuando nació, el pasado mes de enero, en Herts, Reino Unido, a las 27 semanas de embarazo.
A sus madres, Emily Rusbo y Samantha Hughes, se les ha dicho que el bebé probablemente no vivirá. La opinión médica, sin embargo, ya ha cambiado.
La niña está luchando por su vida después de que los médicos la metieron en una bolsa de plástico, que generalmente se usa para guardar sándwiches. El objetivo es regular la temperatura corporal.
Pequeños momentos de Urla May tras dar a luz© Espejo
Emily dice que la pareja había intentado durante tres años ser madre, por lo que la situación se volvió devastadora. «Nos pidieron que nos preparáramos para lo peor», recuerda, recordando que siempre había esperado un poco que todo saliera bien.
Resulta que la niña, que nació el 28 de enero y pesaba 490 gramos, era una guerrera. El recién nacido todavía está en una incubadora, pero ya no corre peligro de muerte.
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