Un estudio sugiere que los espermatozoides desafían la ley de Newton


Cada acción genera una reacción opuesta: la ley del movimiento está vigente más de tres siglos después. Sin embargo, el físico Isaac Newton no se basó en la estrategia de los gametos humanos nadando en un fluido viscoso consumiendo un mínimo de energía. La tercera ley del movimiento de Isaac Newton (1643-1727), que describe el comportamiento de las fuerzas, establece que en el mundo natural, cada acción genera una reacción igual y opuesta. En otras palabras: los objetos que interactúan siempre ejercen fuerzas iguales y opuestas entre sí. Sin embargo, un estudio reciente, publicado en la revista científica PRX Life, sugiere que los espermatozoides humanos desafían esta ley de la física propuesta en 1686. Con sus colas en forma de látigo, se mueven a través de fluidos pegajosos para no provocar una reacción de quienes les rodean. . El equipo, dirigido por Kenta Ishimoto, matemático de la Universidad de Kyoto, investigó interacciones mecánicas no recíprocas entre los espermatozoides y otros microorganismos nadadores como las algas Chlamydomonas, que utilizan flagelos delgados y flexibles para impulsarse y cambiar de forma a través de materiales que deberían teóricamente. Resistencia a su movimiento. ¿Un modelo para robots pequeños y súper móviles? Debido a que no generan una reacción igual y opuesta al entorno que los rodea, estos nadadores microscópicos se mueven de manera muy eficiente, sin gastar mucha energía. Los investigadores llamaron a este fenómeno «extraña elasticidad». Sin embargo, debido a que la elasticidad flagelar por sí sola no explicaría completamente el movimiento celular, los investigadores derivaron el término «módulo elástico individual». A través de modelos matemáticos, buscamos describir los mecanismos internos del flagelo: “A partir de modelos simples reducibles a las formas de onda flagelar biológicas de Chlamydomonas y esperma, estudiamos el módulo elástico único para desenredar interacciones internas no locales y no recíprocas dentro del material. «, explica el estudio. El análisis nos lleva a la conclusión de que cuanto mayor es la elasticidad única de la célula (módulo elástico único), mayor es la capacidad de sus flagelos para moverse con un consumo mínimo de energía, violando prácticamente las leyes de la física clásica. Este descubrimiento no se limita a los espermatozoides y las algas: muchos organismos unicelulares también tienen flagelos, por lo que es posible que existan otros ejemplos de comportamiento similar. Como aplicación práctica, Ishimoto y su equipo sugieren que los hallazgos del estudio podrían ser útiles en el diseño de microrobots. que imitan materiales biológicos, así como para comprender los principios detrás del comportamiento colectivo.Autor: Felipe Espinoza Wang




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