Desde enero, dos asentamientos en el estado de Baja California Sur en la costa oeste de México han llamado la atención. En el mar, miles de ballenas grises se reproducen anualmente en aguas cálidas de Alaska durante el invierno. En tierra, gracias a la flexibilización de las operaciones de larga distancia contra el Gobierno-19, los turistas de varias partes del país han regresado en busca de tours de avistamiento de ballenas, que es uno de los mejores atractivos de la región.
Si ya se hubiera anticipado la migración de cetáceos, los visitantes se habrían sentido aliviados al ver el sector turístico de Guerrero Negro, uno de los puntos más tradicionales. Avistamiento de ballenas Del campo. Los hoteles, restaurantes y agencias de la región vienen experimentando grandes dificultades durante la epidemia, con dudas sobre si la temporada, que suele ser de diciembre a abril, se desarrollará. Cabe recordar que México fue el tercer país del mundo, detrás de Estados Unidos y Brasil, con mayor número de muertes por Covit-19, más de 200 mil casos.
En pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEl Santuario de ballenas grises El Wiscaino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en la península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPEn pequeñas embarcaciones, turistas llegan cerca de las ballenas grises en la Laguna de Ojo de Libre en Guerrero Negro, Baja California, México Foto: Guillermo Arias / AFPReserva ecológica clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Santuario de Ballenas Grises El Wiscino se encuentra en la Península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPEl Santuario de ballenas grises El Wiscaino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en la península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPReserva ecológica clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Santuario de Ballenas Grises El Wiscino se encuentra en la Península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPReserva ecológica clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Santuario de Ballenas Grises El Wiscino se encuentra en la Península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPEl Santuario de ballenas grises El Wiscaino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en la península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFPEl Santuario de ballenas grises El Wiscaino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en la península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFP
Sin embargo, gracias a una reducción en la tasa de víctimas a principios de este año, el gobierno permitió que se reanudaran los recorridos de observación de ballenas. En enero, los primeros barcos pudieron despegar a solo el 30% de la capacidad máxima permitida. Posteriormente, este límite se elevó al 50%.
«Teníamos trabajos y si no eran rentables, esperamos poder saldar al menos parte de la deuda», dijo a la AFP Luis Enrique Achoyo, a cargo de la empresa de avistamiento de ballenas Malarimo Eco-Tours. Agencia de noticias.
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El regreso de las actividades hizo las delicias de los asistentes. Debido a que los botes pequeños pueden acercarse mucho a las ballenas, algunos turistas incluso pueden poner sus manos sobre los animales.
«Pudimos tocarlos y ver a la madre con el bebé. Ambos jugaron con nosotros durante mucho tiempo», dijo también a la AFP la turista mexicana Claudia Cayden.
El Santuario de ballenas grises El Wiscaino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en la península de Baja California, donde miles de ballenas grises migran desde Alaska cada año para reproducirse. Foto: Guillermo Arias / AFP
El Guerrero Negro Basic es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los ecosistemas marinos más grandes de América Latina.
En aguas cálidas y de sus principales orcas depredadoras naturales, las ballenas grises encuentran un ambiente seguro para reproducirse y aparearse en estos lagos. Empiezan a llegar en diciembre después de nadar a más de nueve mil kilómetros de Alaska. Estos últimos se trasladan al norte en el noroeste de México en abril.
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