Japón prohíbe a los turistas entrar en la famosa zona de geishas
El turismo descontrolado y el incumplimiento de las normas han llevado a medidas drásticas. «No queríamos, pero estamos desesperados».
Una práctica no respetada por los turistas.
Son, aún hoy, uno de los símbolos de la cultura tradicional japonesa. Las geishas, las animadoras que daban fiestas en los siglos XVIII y XIX, han desaparecido, pero siguen presentes en algunos barrios que intentan preservar la tradición. Este es el caso de Gion, en el distrito de Kioto, donde sirven principalmente como atracción turística. Ahora el turismo se ha convertido en un problema.
La falta de respeto por parte de los visitantes llevó a las autoridades japonesas a tomar medidas más estrictas. A partir de abril, los visitantes tienen prohibido circular por las calles privadas de la zona. No se respeta la distancia, los turistas toman fotografías sin permiso y tocan el modelo de kimono sin ningún cuidado, todo ello sin tener en cuenta las señales que advierten de estas prohibiciones. “Kioto no es una ciudad de entretenimiento”, confirma Isukazu Ota, funcionario municipal.
Las nuevas políticas incluyen un mayor control sobre el acceso de los coches y, sobre todo, de los peatones. El movimiento por las calles privadas de Gion, así como la entrada a restaurantes y cafés, está restringido a geishas, clientes y residentes. Se señalizarán las calles y se podrán imponer multas de hasta 62 euros. “No queremos hacerlo, pero estamos desesperados”, admite el alcalde.
Hay informes de turistas persiguiendo a mujeres en las calles. Las medidas implementadas anteriormente para disuadir a los visitantes de acercarse a los artistas, incluidas multas por imágenes no consensuadas, no fueron efectivas.
Muchos siguen asociando incorrectamente el trabajo de estas mujeres con los servicios sexuales. Otros se visten culturalmente, vistiendo kimonos, actitud que incomoda a los lugareños, quienes se sienten irrespetados.
El punto central del barrio permanecerá abierto al público, la calle Namikoji, un factor que sigue preocupando a los ciudadanos por el potencial aumento del número de visitantes que podrían concentrarse en esa zona.
